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lunes, 13 de septiembre de 2010

Recursos energéticos.

   Pese a que es un bien de consumo final utilizado para el confort humano, la energía es de vital importancia para el desarrollo económico y para la satisfacción de las necesidades de la población de un país. Y aunque no se la incorpora materialmente a los bienes o servicios producidos, forma parte del instrumental que se necesita para activar las maquinarias y herramientas en cualquier producción.
   En Argentina, encontramos diversos recursos energéticos. Por ejemplo, las cuencas petrolíferas y gasíferas; los ríos caudalosos como el Paraná y el Uruguay y otros que son importantes por su pendiente y no por su caudal, como los ríos del Desaguadero descendientes de la Cordillera de los Andes y los ríos de las Sierras Pampeanas, todos ellos empleados para la producción de energía hidroeléctrica.
  También contamos con grandes superficies áridas y semiáridas con alta heliofanía, es decir, con mayor intensidad de la luz solar, para la utilización de la energía del sol. Tal es el caso de la región de Cuyo, las Sierras Pampeanas, la Puna y la cordillera Oriental.
   Otro recurso energético es la acción del viento, llamada energía eólica, propio de áreas como la Patagonia, en donde los vientos son constantes e intensos. En este lugar, junto al litoral marítimo, encontramos la amplitud de las mareas que se podría utilizar para la energía mareomotriz.
    Y por último, nos encontramos con áreas con actividad volcánica, como en Neuquén, en los volcanes Copahue y Domuyo, y otras localidades cercanas a la cordillera donde se aprovecha en reducidas proporciones la energía geotérmica, es decir, el calor interno de la Tierra.
   Actualmente, nuestro país desea superar un gran desafío, el de reemplazar las fuentes tradicionales como el carbón, petróleo y gas natural (combustibles Fósiles), por aquellas energías alternativas que tienen las ventajas de ser inagotables y no contaminantes para el medio ambiente, ya que las primeras y de las que dependemos para cualquier actividad diaria, son recursos no renovables o dicho de otra manera, son fuentes de energía difíciles de recuperar.
   Sin embargo, no son muy utilizadas estas alternativas ya que su inconveniente mayor es la alta inversión inicial necesaria para la construcción de dicha infraestructura de producción de energía. Como es el caso de los paneles solares utilizados en San Juan y Mendoza, o los Molinos de vientos como los del Parque Eólico Antonio Morán, en Comodoro Rivadavia.
  A partir de la década de 1990 y en el marco de la Reforma del Estado, el sector de la energía eléctrica en la República Argentina, también sufrió un cambio. Impulsado su transformación mediante el paso del sector privado de las empresas públicas y la privatización de las etapas de exploración, extracción y exportación de los recursos energéticos, en su mayoría fueron tomadas por empresas que no eran pertenecientes a nuestro país.

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